El Pulido Corporal
En la capa más superficial de la piel se van acumulando
diariamente células muertas, toxinas e impurezas. Y si bien estas células se
van eliminando de manera natural cuando nos bañamos o por el roce con la ropa, con los años el proceso
de auto-exfoliación disminuye y es necesario eliminar las células muertas con
otros procedimientos y de manera periódica.
El procedimiento de pulido corporal permite desintoxicar la
epidermis y es necesario realizarlo tanto en el cuerpo como en el rostro. Luego
de este tratamiento la piel se ve más suave, lisa y luminosa ayudando además a
activar la microcirculación. Ayuda a disminuir la aparición de puntos negros o
barritos, ya que luego de ser exfoliada, la piel permanece limpia y los poros
libres de sebo.
La exfoliación o pulido corporal también es útil para
preparar la piel antes de recibir cualquier tratamiento de belleza como la
hidratación, la aplicación de cremas anti celulíticas o un tratamiento nutritivo , ya que luego de un pulido
corporal la piel que renace se encuentra en un estado óptimo y es más profunda
la absorción de los productos que se utilicen.
Se aplica con productos que tienen propiedades abrasivas, como los alfa-hidroxiácidos o el retinol. Un pulido suave de la piel se
puede hacer con cremas pulidoras que posean partículas con efecto arenoso que
van “limpiando” en profundidad. Como la piel no tiene el mismo grosor y
resistencia en todo el cuerpo, se recomienda usar cremas más concentradas en
lugares como rodillas, codos y pies, y más suaves en senos, cuellos,
contorno de ojos, etc., para evitar la irritación.
El exfoliante debe aplicarse sobre la piel húmeda (lavada
previamente con agua tibia y una emulsión de limpieza) mediante un masaje
ligero que se realiza con movimientos circulares en el vientre, los glúteos y
la cadera; y con movimientos ascendentes en los brazos y piernas. Para pulir el
cuerpo puede aplicarse el producto exfoliante utilizando una esponja vegetal;
en el rostro y el cuello se recomienda realizarlo directamente con los dedos.
El producto se elimina después con abundante agua. Luego se seca suavemente la
piel con una toalla y se coloca una crema hidratante o un gel según el tipo de
piel.
Este proceso se puede hacer una vez a la semana, y se debe
complementar –esto es muy importante- con cremas y lociones hidratantes, para
conservar el equilibrio hídrico de la piel y aprovechar la penetración de los
productos suavizantes una vez hecha la exfoliación.
La exfoliación o pulido corporal no se recomienda para personas con problemas dermatológicos
como psoriasis, eczemas o rosácea; tampoco debería realizarse cuando la piel está irritada o presenta alguna
herida.
Los masajes para aplicar el exfoliante no se deben aplicar
con fuerza ya que la piel puede irritarse; si esto sucede, significa que la
exfoliación es excesiva, por lo que será
conveniente suspenderla.
Cómo exfoliar la piel - Guías de belleza y salud
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